Más allá de las concepciones al uso sobre el hecho migratorio existe un campo de determinación subjetiva que afirma el derecho a la movilidad como presupuesto político elemental de nuestro tiempo. El autor pone a prueba la categoría de "derecho de fuga" para iniciar una extensa discusión sobre su pertinencia política, en relación con los estudios históricos sobre el gobierno de la movilidad del trabajo y con el análisis de los modernos flujos migratorios en la llamada era global. En agudo contraste con la liquidación progresiva de los obstáculos a la libre circulación de capitales y de mercancías, el rearme de las fronteras contra los migrantes revela el fuerte impacto que estos procesos están teniendo en la configuración de las democracias occidentales.
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