Los grandes exponentes del anarquismo, los que nunca se cansaron de afirmar el carácter social de sus ideas, no podían ser contrarios a la organización. Y nunca lo fueron. Combatieron la forma centralista de organización transmitida de la Iglesia y del Estado, pero todos ellos reconocieron la necesidad absoluta de una fusión organizada de las fuerzas anarquistas y hallaron en el federalismo la forma más adecuada para ese objeto.
( Archivo comprimido en formato rar )
No hay comentarios:
Publicar un comentario