Entradas
La fortuna no le sonreía demasaido a Albert Weener, vendedor de puerta a
puerta con ambiciones literarias y sin un dólar en el bolsillo. Pero
cuando acudió a aquel anuncio del periódico que solicitaba vendedor a
domicilio para un nuevo abono para plantas, su primera sorpresa fue
descubrir que el anunciante, J.S. Francis, era una mujer; su segunda,
que el famoso Metamoroseador era en realidad un invento casero destinado
a mutar las gramíneas para multiplicar por mil las cosechas. ¡Su
tercera que el invento funcionaba… y mucho mas allá de lo que cualquier
imaginación pudiera soñar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario